miércoles, 6 de enero de 2016

Amanecerá y veremos

El 6D fue una fecha histórica para Venezuela y para esta generación de jóvenes que al igual que yo aportamos nuestro granito de arena para la victoria de las pasadas elecciones. Le ganamos democráticamente a un gobierno que se vale de la Constitución y las leyes para pasearse por el borde de la ilegalidad y así contrarrestar lo que un río de pueblo nos dio: la responsabilidad de conducir al país por el sendero del progreso y bienestar.
La Salida electoral
La oposición venezolana ha transitado por múltiples caminos en estos 17 años y ha sido la estrategia electoral, pacífica,  democrática y constitucional con la cual dimos el primer paso concreto para cambiar el rumbo. Hemos dejado en evidencia que cuando trabajamos Unidos y hacemos las cosas con la cabeza y no con los testículos se logran los objetivos.
Es el momento de preservar, proteger y cultivar la estrategia electoral, no hay espacios para atajos fuera de la Constitución, el país espera por soluciones no por conflictos.
La Unidad debe mantenerse, los embates recibidos últimamente han cohesionado a las fuerzas democráticas y han dado el ejemplo de resolución de los problemas internos de manera correcta y transparente. Se necesita Unidad para capitalizar las victorias para el cambio profundo.
Esos votos no son nuestros
Mucho se ha especulado sobre la victoria de la oposición en las parlamentarias, la gran mayoría coincide en que los votos obtenidos fueron en gran medida un “voto castigo” hacia el gobierno que no satisface las necesidades que agobian a los venezolanos. Ningún voto nos pertenece, en democracia todos los votos son prestados, hoy te dan el voto de confianza, mañana te lo quitan o ratifican. La gente votó para acabar con el hambre, el desabastecimiento, inflación y la escasez. No podemos desviarnos de la máxima prioridad que es la economía.
El 5 de Enero
Fuimos testigos del regreso de un civil a la Asamblea Nacional, entre ánimos caldeados se evidenció claramente el comportamiento vergonzoso de los diputados oficialistas pero sin ningún contratiempo y en paz se realizó la instalación de un nuevo parlamento.
Tenemos el reto de hacer las cosas con mesura, estar a la altura de las circunstancias y dar el ejemplo de una conducta civilizada dentro del hemiciclo y por supuesto no defraudar a la gente que puso sus esperanzas no solo en los 112 diputados sino en los 167 diputados electos. No podemos desmayar en la búsqueda de negociación y consenso por el bien del país.
Las fuerzas del cambio tienen la gran oportunidad de convertirse en alternativa de gobierno, de presentar propuestas concretas a los problemas reales que estamos viviendo y por su parte, el oficialismo tiene la oportunidad de rectificar por el bien del país y para salvar su proyecto político, de lo contrario estarán sepultando el chavismo para siempre.
Tenemos un 2016 lleno de dificultades, en mano de la dirigencia política está sacarnos de la crisis en la cual estamos inmersos, celebramos con algarabía el primer paso a la reconstrucción de la democracia, mientras tanto, amanecerá y veremos.

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